Apology:~

Diana decidió darle fin al entrenamiento de ese día, se sentía agotada, nunca antes se había sentido igual, por lo que mandó a su par de aprendices a su cabaña y ella se sentó en las gradas del coliseo para relajarse un poco, además esperaba que alguien muy peculiar fuera a darse una vuelta por ahí, como era costumbre. Quería darle un pequeño regalo.

Esperó un rato y cuando ya se estaba desesperando, divisó la silueta del Santo de Virgo, Fudo.  Se puso de pie rápidamente y se dirigió hacia él, llamándolo incontables veces por su nombre, sin embargo, al escucharla y verla acercarse a él decidió volver por donde venía. Su relación no era muy buena, siempre peleaban y  no tenía muchas ganas de discutir con ella en ese momento.

—¡Fudo espera! 

Se detuvo unos instantes y volteó para ver que tanta distancia habia aun entre ellos, pero se sobresaltó un poco al ver que en realidad ella ya estaba detras suyo

—Por favor, sé que las cosas están un poco tensas entre tú y yo pero...no me rehuyas...

 —¿Qué sucede? —se resignó, no empezaría a correr para alejarse

—Yo sólo... —algo avergonzada le mostró un pequeño ramo de flores, dejando sorprendido al moreno

—De dónde...oh como sea —voltea hacia todos lados para asegurarse que nadie viera esa escena antes de tomarlo con duda —¿Por qué me das esto?, espera, ¿te gustaría que se las de a alguien más de tu parte?

—No, son para ti, lee la...la pequeña nota

Después de leerlo Fudo dirigió su vista a la chica y la miró unos instantes, esperando a que dijera o hiciera algo. Al ver que no haría nada rompió el silencio

—No entiendo, Viridiana, ¿qué es esto?

—Claramente  te pido disculpas, no te he tratado muy bien en realidad

—Bueno, sí, pero...

—No era amable porque debo admitir que al principio no confiaba en tí debido a tu antigua lealtad hacia Marte, pero aún así me porté de una manera muy arisca contigo. Tú no merecías semejante trato de mi parte, lo lamento, en serio lo lamento Fudo

El Santo de Virgo estaba sorprendido, no pensó que esa fuera la razón de la mala actitud de la chica hacia el. Pensaba que  era otra cosa...

—Yo...acepto tu disculpa, aunque aún no logro comprenderlo del todo...—le da la espalda y empieza a caminar, dejando a la chica perpleja. Le parecía algo maleducado que se fuera así —Oye, ¿quisieras acompañarme?

—¿A dónde?

—Sólo daremos una vuelta por el Santuario . ¿Qué dices?

—Creo que estaría bien —se acerca lentamente a él —¿Realmente no te molestaría que vaya contigo?

—Si no me haces enojar no habrá problema. Además, hay algo que me gustaría preguntarte ahora...